DISCURSO DE GRADUACIÓN Noviembre 2014
En 1999 emprendí
el desafío de capacitarme formalmente para servir mejor al Señor, y comencé mis
estudios teológicos. En ese entonces, yo ya estaba casada,
tenía un hijo y trabajaba. Pero Dios me había llamado a ser una discípula fiel
y a prepararme de una manera idónea para trabajar en la expansión de su reino.
Los ires y
venires de la vida me llevaron lejos de Rosario
por varios años, y mis estudios quedaron postergados. Pero Dios es fiel,
y los dones y el llamado que Él nos da son irrevocables, dice la Biblia.
Esto ha sido
una verdadera realidad en mi vida espiritual. Ya que el año pasado pude retomar
el cursado de las materias pendientes y aprobarlas satisfactoriamente.
En mi
experiencia, a veces, es necesario cambiar la perspectiva, mirar las cosas de
lejos y proyectarlas hacia el futuro para que las situaciones actuales, que
parecen frenarte, no te dejen inmóviles y finalmente puedas llegar a la meta.
El apóstol PABLO dice en Hechos 13:43 (LBLA) que muchos de los
prosélitos temerosos de Dios siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes,
hablándoles, les instaban a perseverar en la gracia de Dios. Perseverar es
la clave para que todo emprendimiento pueda llevarse a cabo. Correr la maratón
y llegar a la meta en el tiempo que Dios determina.
Hemos terminado
una etapa y para mantener la perspectiva adecuada, desde ahora como
graduados, es necesario ponerse los
lentes para reenfocarse en una meta superior y completar lo que Dios te manda a
hacer.
Y si no podes
enfocarte, detenete por un momento para ponerte los lentes del amor de Dios y
así podrás ver con cuántas bendiciones te ha rodeado y cuidado hasta
ahora. Por eso, se la misma manera que el
Señor me acompañó a mí y a mis compañeros en esta trayectoria durante estos
años, lo seguirá haciendo de ahora en más con nosotros y ustedes. Porque Su Palabra nos recuerda que “somos fortalecidos con todo poder según su
potencia de gloria en gloria. Amén”.
Les doy las
gracias, en especial a Dios, mi esposo, mi pastor Oscar Bianchi y a todos mis
profesores y colaboradores del Instituto de Educ. Teológica que han hecho esta esto posible. A
ellos quiero bendecirlos muy especialmente.
A los egresados
les digo que el Señor nos siga acompañando en esta nueva etapa.
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