REFLEXIÓN DE NAVIDAD
De chicos aprendimos que la Navidad era una época de alegría con muchas preparaciones, con la familia y la expectativa de que el niñito Dios nos dejara algún regalo en el arbolito. Al menos esos son los recuerdos de mi niñéz.
Ahora, un poco más crecidos, y con el cansancio de todo un año de trabajo, a veces suele ser más bien una carga o una presión más.
¿Con quién me reúno?
¿Qué comeremos?
¿Cómo me visto?
Es más, hasta nos puede entrar el temor de que nos olvidemos de algo o de alguien.
Sin embargo, la Navidad es poner tus ojos en Jesús. Es brindarle el espacio que le corresponde día a día y hoy lo enfatizamos en una tradición milenaria que nos ayuda a recordarlo especialmente.
Es tiempo de reflexiones internas y de las tiernas miradas de los chicos esperando que sean las 12.
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