miércoles, 13 marzo 2019
Tareas Principales en la Movilización Misionera
Casi siempre cuando hablamos de la oración en relación con las misiones, hablamos de movilizar la oración en pro de los grupos no alcanzados, o en pro de los misioneros nuestros. Pero hay un paso previo a todo eso, un paso que hay que implementar al puro principio del trabajo de movilización. Hay que movilizar la oración a favor de la movilización. Suena repetitivo ¿no? pero es importante reclutar a gente para que ore por el trabajo de la movilización.
Quiero dar un pequeño testimonio sobre cómo Dios empezó a trabajar en nuestras vidas sobre la movilización misionera . . . aunque en aquel entonces no sabíamos nada sobre esa idea de la movilización.
Ilustración – Cómo Dios utilizó Deuteronomio 3:27-28 en nuestras vidas para llevarnos a México y cómo empezamos a pedirle a la gente que orara para que Dios levantara una fuerza misionera desde México.
Ilustración – En mi planeación anual actual tengo dos metas que tienen que ver con levantar a un grupo de personas que intercedan por la movilización en sí: Meta I.2.2 y I.2.4 – Reclutar a por lo menos 70 personas de mis Redes de Oración para que oren específicamente para la movilización misionera en Mesoamérica y el Caribe, y para que Dios levante una ola enorme de misioneros latinoamericanos para los pueblos no alcanzados.
Sólo Dios puede despertar a las iglesias. Sólo Dios puede crear visión en los pastores y en las iglesias. Sólo Dios puede llamar a personas a las naciones. Por eso, hay que reclutar a personas que estén orando primero para la preparación del terreno.
Esto es diferente a la oración por los misioneros, o por los pueblos no alcanzados. Es pedir que Dios levante a un grupo de hombres y mujeres dispuestos a dar de su tiempo y de sus recursos propios para movilizar a la iglesia hacia el mundo.
Estamos pidiéndole a Dios que levante a un Equipo de Movilización en México, a otro Equipo en Centroamérica, y a otro en el Caribe. . . . serán personas que se ocuparán en promover las misiones, en discipular a las iglesias en el campo de las misiones, en trabajar con los candidatos para que haya seguimiento a todas esas decisiones donde dicen “Dios me está llamando a las misiones”.
Después de esta serie de conferencias sobre la movilización misionera sería bueno que como Junta de Misiones ustedes tomaran alguna decisión sobre cómo quieren implementar la movilización – o posiblemente será más bien cómo organizar mejor las varias cosas que están haciendo ya en lo que es la movilización — : ¿qué estructura habrá? ¿Quiénes serán los responsables por este tipo de trabajo? Estas personas deben empezar a reclutar a personas para interceder a favor de la movilización en las iglesias.
Creación de Visión
Movilizar a las iglesias sigue con la creación de la visión misionera en nuestras iglesias. ¿Cómo se crea la visión misionera? Otra vez, la creación de la visión misionera es algo que sólo Dios puede hacer. Por eso, la plegaria diaria de la persona que quiere movilizar a la iglesia hacia las misiones debe ser, “Padre, abre los ojos de los líderes de nuestras iglesias a una visión misionera.” La oración es prioritaria en la movilización misionera. Pero también hay ciertas cosas que uno puede hacer para contribuir a un despertar misionero:
- Hay que comunicarles a los pastores y a las iglesias las bases bíblicas de las misiones. La razón básica por la falta de visión misionera es que nosotros, como pastores, casi nunca predicamos sobre todos estos pasajes que hablan de las misiones, del corazón misionero de Dios. Calixto Patricio, misionero brasileño, dice “Si exprimimos la Biblia, sale misiones.” Si esto es cierto, ¿por qué es que el miembro promedio de nuestras iglesias sólo puede identificar 6 pasajes misioneros? Tienen que entender que el plan de Dios, y su deseo ardiente, es que las personas de todas las etnias, de todas las tribus, de todas las lenguas lo conozcan y lo estén adorando a Él. Dios es el centro de todo, y Él quiere que todos los hombres lo adoren a Él. Su deseo de que los hombres lo conozcan y lo adoren es la motivación primaria para las misiones, no la necesidad del hombre para la salvación. Tenemos que comunicar que nuestra relación con Dios está centrada en Él y en la adoración de Él, no en el hombre y sus necesidades.
- Hay que darles una comprensión del estado de la evangelización mundial. Nuestros miembros tienen que aprender a ver el mundo desde otro punto de vista. Antes hablábamos de tener obra misionera en tal o cual país, como si por el mero hecho de tener misioneros en un país geopolítico, hubiéramos alcanzado a toda la gente de ese país. Por ejemplo, la iglesia bautista nigeriana ha crecido muchísmimo, pero descubrieron que de los más de 50 grupos étnicos en Nigeria, sólo cuatro estaban siendo alcanzados por nuestras iglesias bautistas. Tenemos que empezar a pensar en grupos étnicos, no en países geopolíticos. Los pastores y los miembros de nuestras iglesias necesitan entender la diferencia entre necesitar el evangelio y tener acceso al evangelio. Todos necesitan a Cristo, pero no todos tienen acceso al evangelio. Nuestros pastores y líderes tienen que entender por qué es urgente llevar el mensaje de salvación a la tercera parte de la población mundial que NUNCA ha tenido acceso al evangelio. Tienen que entender que desde hace más de un siglo y medio, el pueblo brasileño tiene acceso al evangelio, pero que ya no podemos quedarnos muy cómodos en nuestros templos, predicándole a la misma gente domingo tras domingo, cuando la tercera parte de la población mundial nunca ha escuchado acerca de Jesucristo.
- La tarea de movilización tiene que hacerse primero con los pastores. Quizá a muchos no les gusta la frase del Hno. Edison Queiroz, pero creo que tiene razón cuando dice, “El pastor es la clave, o el clavo de las misiones.” Si el pastor no tiene esa visión, no podremos ir muy lejos en la movilización de su iglesia. No sería muy sabio, y probablemente sería imposible, compartir una visión misionera con la iglesia sin el apoyo total de su pastor. Así que la primera tarea será empezar a compartir la visión misionera con los pastores. Una vez que los pastores tengan la visión, el resto de la tarea será fácil. Esto no quiere decir que uno no deba promover la visión misionera primero a una audiencia amplia de la iglesia, pero sí que uno debe hacer un esfuerzo especial para incluir a pastores en esa audiencia, y el plan total debe incluir reuniones especiales exclusivamente para pastores y líderes. Reuniones para movilizar a las iglesias hacia las misiones no deben efectuarse con únicamente líderes laicos presentes. Siempre los pastores deben estar presentes. Actividades para apoyar este rubro podrían ser congresos, el predicar sermones misioneros en reuniones denominacionales nacionales o regionales, y predicar sermones misioneros en iglesias individuales. Cuando hay oradores misioneros disponibles, como ustedes los misioneros que están de licencia en Brasil en estos meses, o como Coordinadores de Estrategia para diferentes pueblos no alcanzados, se pueden programar reuniones especiales para personas que tengan interés en las misiones mundiales.
- Tenemos que hacer un énfasis equilibrado sobre las cuatro esferas de Hechos 1:8. Si no, vamos a perder a muchos pastores, que sí tienen un corazón para alcanzar a su propia ciudad y a su país para Cristo. Hechos 1:8 nos dice que debemos estar trabajando simultáneamente en nuestra “Jerusalén”, en nuestra “Judea”, en nuestra “Samaria” y hasta lo último de la tierra. Hay casos en que una iglesia tiene una visión mundial, pero no está trabajando en alcanzar a su propio país. Pero hay más iglesias que solamente tienen visión para su ciudad, o para su país.
Consejería o Seguimiento Para Candidatos
Otra función de la movilización es dar seguimiento o consejos a los candidatos. Deben mantener contacto con los candidatos y estar al tanto de su progreso hacia la meta de salir al campo misionero. Deben proveerles dirección sobre cómo prepararse para el servicio misionero, cuáles opciones existen para entrenamiento dentro y fuera del país, y cuáles requisitos necesitan cumplirse. Deben ayudarlos a enfocar su atención sobre alcanzar el próximo paso en el camino hacia ser enviado como misionero. Si se le presenta la oportunidad, debe trabajar con las instituciones de preparación bautistas para que incluyan cursos y programas de entrenamiento dentro de sus planes de estudio para suplir las necesidades de los candidatos para ser misioneros.
El Movilizador debe trabajar con la iglesia, o el pastor, para estar seguro de que el candidato esté siendo preparado ampliamente en su desarrollo físico, espiritual, psicológico, ministerial y vocacional. Para ser efectivo en esta parte de su ministerio, debe:
- Tener un concepto claro del proceso que el candidato debe seguir para llegar a ser misionero. ¿Cuáles son los pasos concretos que tiene que tomar? Me imagino que la Junta de Misiones Mundiales tiene bien definido el proceso que un candidato debe seguir para llegar a ser enviado por la JMM. Tienen que comunicar ampliamente estos pasos, los requisitos educacionales y de experiencia, etc. Tiene que haber personas que estén llevando un “control” de cada candidato para saber en dónde se encuentra en su proceso.
- Entender la importancia de animar a los candidatos a estudiar una profesión o carrera universitaria. En la mayoría de los países con grupos no alcanzados, es indispensable tener una profesión para lograr la entrada dentro de una “plataforma” secular. También debe animar a los candidatos a estudiar otro idioma, como el inglés o el francés, para que pueda comunicarse al viajar, y para poder comunicarse con otros colegas en equipos multinacionales. En muchos países los idiomas locales sólo se enseñan por medio del inglés.
- Tener la convicción de que la iglesia local tiene que tomar el liderazgo en la formación primaria de los misioneros. La iglesia local debe trabajar bien el asunto de carácter, darle un discipulado adecuado de tal forma que el candidato sea un cristiano maduro, y debe entrenar al candidato en los fundamentos de plantación de iglesias células que rápidamente se reproduzcan.
- Tener a mano la información sobre opciones de entrenamiento misionero que existen en su país, o en países cercanos. No debemos, si es posible, duplicar lo que otros grupos ya tienen funcionando.
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