Natalio Cosoy (@nataliocosoy) BBC Mundo, Bogotá . 7 septiembre 2017
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MUNDO Image caption Las iglesias cristianas evangélicas han crecido enormemente
a la sombra de la Iglesia Católica.
El papa Francisco llega a una Colombia que, aun siendo
el séptimo país con más católicos del mundo, es menos católica que la que
visitó hace 31 años el papa Juan Pablo II.
Ese retroceso de la feligresía puede deberse a
múltiples factores, pero uno especialmente fuerte tiene que ver con la
avanzada de las comunidades evangélicas.
En el plebiscito de octubre de 2016 sobre el acuerdo
de paz con las FARC, en el que ganó el No, se dijo que el resultado estuvo
fuertemente influido por esas iglesias protestantes, que en esa votación
mostraron su capacidad de movilización política, incluso -para algunos-
superior a la de la católica.
¿Es eso, sumado a la multiplicidad de iglesias
evangélicas, miles en Colombia, prueba de que está desplazando al catolicismo
en el país en su capacidad político-social?
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caption "Hasta hace 20 años el 90% éramos católicos en América Latina.
Pero esas cifras se han modificado", dice Helwar Figueroa, profesor de la
Universidad Industrial de Santander.
Para responder a esta pregunta, en BBC Mundo
conversamos con Helwar Figueroa, profesor de la Universidad Industrial de
Santander y estudioso de temas de religión en Colombia, miembro del grupo de
investigación Sagrado y Profano.
¿Cuán fuerte es la capacidad político-electoral de los
grupos cristianos evangélicos?
Más o menos en los últimos 20 años en América Latina,
porque no es un fenómeno solamente colombiano, los grupos pentecostales (así se
les conoce en el mundo académico a las iglesias cristianas evangélicas) han
crecido significativamente. Donde más han crecido es en México, Brasil,
Centroamérica, Colombia y un poco en Argentina.
Hasta hace 20 años el 90% éramos católicos en América
Latina. Pero esas cifras se han modificado. Si nos fijamos en ellas,
encontramos por ejemplo que, en Colombia, donde el 88% éramos católicos en los
80, hemos pasado a ser como el 72%. Digo "como", porque en el censo
no decimos la filiación religiosa. En Brasil y México sí. Esas cifras son
aproximadas, recopiladas a partir de encuestas.
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caption Helwar Figueroa es un estudioso de la evolución de las iglesias
evangélicas en Colombia. En todas vemos que desde los años 80 hay un
crecimiento de los grupos pentecostales y no los protestantes históricos, como
luteranos, calvinistas y presbiteriano.
Los pentecostales son los que han crecido más porque
su manera de hacer proselitismo religioso es mucho más activa y más
carismática. Esa es una de las características del pentecostalismo, diferente a
los protestantes históricos.
Las Asambleas de Dios (pentecostales, una escisión de
los protestantes históricos) llegaron a Colombia en los años 40. Eran los
"papás" de aquellos que crecieron luego muchísimo, los
"neopentecostales", como la Iglesia Universal en Brasil, los
movimientos carismáticos en Argentina, México y Centroamérica. Los
pentecostales son los que han crecido más porque su manera de hacer
proselitismo religioso es mucho más activa y más carismática.
Así, está el movimiento religioso del grupo político
MIRA (Movimiento Independiente de Renovación Absoluta), la Iglesia de
Jesucristo Internacional, la Misión Carismática Internacional, la Casa sobre la
Roca.
En el Ministerio de Gobierno hay registradas más o
menos 5.000 iglesias pentecostales, porque una de sus características es que se
dividen rápidamente. Un pastor que está medio formado se abre de la iglesia
madre y crea otra con otro nombre.
Derechos de autor de la imagen NATALIO COSOY/ BBC
MUNDO Image caption Figueroa dice que hay más o menos 5.000 iglesias
pentecostales en Colombia.
Entonces vamos a tener iglesias pentecostales en todas
las ciudades capitales que tal vez son independientes, pero se identifican como
cristianas. Y tienen su personería jurídica y organización independiente.
Una características de casi todas ellas es que son
carismáticas y muy centradas en la figura de un pastor y una pastora que son
marido y mujer. Esas iglesias son casi familiares, como Luz de Vida o Manantial
de Vida.
Además de tener una manera de presentar el rito
religioso basada mucho más en la parte carismática del pastor, también está más
centrada en el testimonio que en la misma lectura de la Biblia.
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MUNDO Image caption El moderno edificio de la iglesia Casa sobre la Roca en el
norte de Bogotá. Para ellos es más importante contar cómo se volvieron
pentecostales o cristianos que la propia Biblia. En cambio, para los históricos
es fundamental la Biblia.
Obviamente hay una ética del comportamiento. Al volverte
cristiano, si eras drogadicto ya no lo vas a ser; si le pegabas a tu mujer, ya
no le vas a pegar. Vas a ser supuestamente más responsable con la familia. Y
eso en cierta forma ha sido positivo, allí donde ha funcionado.
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MUNDO
La primera ola de protestantes en Colombia fue de
luteranos, calvinistas y presbiterianos, que no son las iglesias que más han
crecido en los últimos 20 años.
¿Se conoce el número de fieles de estas comunidades?
No son 10 millones, como dicen ellos. A todas las
iglesias les interesa mostrarse muy grandes. Si le preguntas a un pastor cuánta
gente hay en su iglesia, te puede responder 20.000. Pero quienes asisten al
culto son 300.
Eso explicaría por qué el único partido cristiano que
en este momento tiene representantes en el Senado y en concejos municipales es
el MIRA. Los otros no tienen porque tal vez no son tantos como uno cree.
Lo que yo concluyo con todas las investigaciones que
he hecho es que ellos se sobredimensionan porque eso les da un poder de
negociación con las élites regionales políticas. Como este es un país
clientelista, dicen: "Yo tengo 1.000 hermanos cristianos que van a hacer
lo que yo les diga que haga o que voten a tal candidato, entonces ¿qué me da a
cambio?". Pero todos ellos que van allá no votan por quien diga el pastor.
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MUNDO Image caption Estas iglesias, dice Figueroa, ofrecen la promesa de una
vida mejor.
Un cristiano de los años 90, Colin Crawford, decía que
ellos se metieron en el mundo de la política porque pensaron que los cristianos
iban a votar cristiano, pero se dieron cuenta de que no todos lo hacían así.
Por eso, en esa década, cuando hubo una ley que exigía
un mínimo de votos para que fuera reconocido por el Estado y poder recibir
financiación, muchos de estos partidos cristianos desaparecieron. No cumplían
con el requisito.
Otra cosa: dentro de los cristianos, los grupos
protestantes, hay una escisión entre los trinitarios y los unitarios. Y eso
tiene que ver con una lectura teológica de la Biblia. Unos no creen en la
política y otros sí. Los que creen en la política partieron de la idea de que
iban a cristianizar la política al acabar con la corrupción, por ejemplo como
el ex senador de la iglesia Centro Misionero Bethesda, que terminó siendo
investigado por corrupción.
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MUNDO Image caption La promesa de una vida mejor no siempre se cumple, lo que
termina generando mucha movilidad entre iglesias. Lo que ocurrió fue lo
contrario: que la política los penetró y los penetró con el clientelismo y la
corrupción. Por eso fracasaron esas ideas o esas propuestas políticas.
Más allá de eso, ¿no hay un crecimiento de estas
iglesias en detrimento de la...?… de la
Católica. Sí, claro.
Aunque, a pesar de que las cifras proyectaban un
crecimiento exponencial para las pentecostales, llegaron al 12%, 13% en
diferentes encuestas y se estancaron.
Crecieron con mucha fuerza en los años 90 y principios
de la década del 2000. Pero
de 2005 para acá, se estancaron.
¿Cómo hay tanta oferta de iglesias, los cristianos empiezan
a pasarse de una a otra.
¿Por qué ocurre eso? Porque muchos se volvieron como
descreídos. Es decir, fueron a la iglesia cristiana que, por lo general, les
estaba vendiendo una teología de la prosperidad. O sea, que usted por ser
converso, por ser salvo y por haber sido tocado por el Espíritu Santo, Dios lo
iba a bendecir con dinero. Pero no ocurrió y la gente empezó a perder fe en
esas comunidades. Los que se enriquecen por lo general son los pastores de las
iglesias y eso pone en cuestión a los creyentes.
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MUNDO Image caption Figueroa dice que en muchos casos las iglesias
pentecostales dicen tener más feligreses que los que realmente tienen.
Así, como hay tanta oferta de iglesias, empiezan a
pasarse de una a otra.
Por ejemplo, hay una iglesia que está muy basada en la
profecía. Ahí le están diciendo que usted va a ser alguien salvo y que va a ser
bendecido por Dios. Y usted, que tiene un problema de tipo sentimental, va a
querer que en esa profecía se le diga que va a conseguir pareja o va a conseguir
trabajo o lo van a sanar o va a tener buena suerte. Cada iglesia se especializa
en darle fuerza a una de esas profecías.
Cuando eso no se logra, ese cristiano se pasa a otra
con la esperanza de que sí se logre. Cuando no se logra, se pasa a otra. Entonces,
en América Latina en un año puedes encontrar una iglesia muy fuerte y, al otro,
es muy pequeña.
En lo referente a la política, la Iglesia Católica en
Colombia es tremendamente conservadora.
Uno creería que son otros cristianos y no: son los
mismos que se están pasando de una iglesia a otra.
Aunque lo que se está empezando a percibir es que se
están volviendo incrédulos. Hay como cierto cansancio.
¿En todo caso, cuál ha sido la reacción de la Iglesia
Católica ante la avanzada pentecostal en la política?
En lo referente a la política, la Iglesia Católica en
Colombia es tremendamente conservadora.
Derechos de autor de la imagen Getty Images caption El
papa Francisco recorre las calles de Bogotá en el papamóvil.
Ese sector es el mayoritario dentro de la Iglesia y
logró asumir posiciones de poder y negociar con el status quo, con los
Conservadores, hasta los años 30.
Así, negoció una cantidad de prebendas que
constitucionalmente se les reconocieron en 1886, cuando el Estado se volvió,
según algunos autores, confesional. Aunque yo lo llamaría un Estado que se
aprovecha de la capacidad y legitimidad de la Iglesia para poder gobernar y que
algunos autores lo definen como un régimen de cristiandad.
Actualmente yo podría decir lo mismo. La Iglesia
católica intentó, para poder mantener su legitimidad, sus ventajas frente a un
Estado que solamente hasta la Constitución de 1991 conoció la diversidad
religiosa, estar cerca de éste. Porque el Estado conservador o liberal le dio
unos privilegios, se los ha reconocido.
Estos privilegios entraron en crisis en 1991, con la
Constitución, que permitió la entrada de todos estos grupos pentecostales al
escenario de lo público y de lo político.
Derechos de autor de la imagen NATALIO COSOY/ BBC
MUNDO Image caption La Iglesia Católica sigue siendo la institución religiosa
más fuerte de Colombia, con el mayor número de fieles, universidades y otras
entidades.
Hasta ahí se podría decir que la Iglesia católica era
la oficial del Estado y no se reconocía la diversidad religiosa que sí reconoce
esa Constitución.
En las discusiones en torno a la Asamblea
Constituyente del 91, la Iglesia claramente se mostró contraria a cualquier
reforma que le quitara sus privilegios.
Antes, el vínculo de sectores del conservadurismo con
sectores más conservadores de la Iglesia Católica, le permitió que en muchas
ocasiones fuera el primado de Colombia, quien, desde 1886 casi hasta 1930,
diera el visto bueno al candidato conservador a la Presidencia.
Con la Constitución de 1991 ese poder que la Iglesia
tenía se puso en cuestión, los pentecostales empezaron a ganar presencia, tanto
es así que comenzaron a participar a través de diferentes partidos en el
escenario de la política nacional y a lograr poner varios senadores.
Los más importantes fueron el Partido Nacional
Cristiano (Misión Carismática Internacional), muy relevante en los 90; la
Cruzada Estudiantil y Profesional de Colombia (su sigla era C4); y el MIRA, que
sale de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional.
Esos partidos confesionales cristianos que ganaron esa
visibilidad en los 90 y hasta mediados de la primera década del siglo XXI
(cuando el único que quedó fue el MIRA), se enfrentaron a una Iglesia que no
había estado acostumbrada a que en el escenario político tuviera competencia.
Derechos de autor de la imagen NATALIO COSOY/ BBC
MUNDO Image caption Los edificios de estas iglesias se ven por toda Colombia.
Algunos son grandes centros de congregación otros son pequeñas casas o
edificaciones adaptadas como templos. Para la Iglesia Católica no ha sido fácil
teológicamente enfrentarse a estas corrientes pentecostales que le logran
sustraer muchos creyentes.
De hecho, hay una Iglesia católica carismática que
intenta, con los mismos rituales que utilizan los pentecostales, atraer a esos
sectores populares que ven en esas prácticas religiosas un sentido de
inclusión, de alegría, de compromiso con los feligreses más fuertes que el que
tradicionalmente tenía un cura.
Entonces ya uno empieza a ver en algunas iglesias más
párrocos multitudinarios, que en cierta forma asumen una actitud carismática,
como el Padre Chucho. Para la Iglesia Católica no ha sido fácil teológicamente
enfrentarse a estas corrientes pentecostales que le logran sustraer muchos
creyentes.
Teológicamente a la Iglesia le ha costado, y
políticamente también, porque no tiene los elementos que sí tienen los
pentecostales para participar en la política. Y es que la Iglesia católica
nunca necesitó participar políticamente, dado que llegaba a acuerdos con las
élites conservadoras. En cambio, estos sectores carismáticos sí tienen que
hacer política y campañas electorales para que sus pastores sean elegidos, o
sus candidatos.
La Iglesia Católica nunca lo hizo. De hecho en
Colombia nunca hubo un partido demócrata cristiano como sí lo hubo en otros
países de América Latina, como Chile o Venezuela. En Colombia no fue necesario
porque los conservadores eran muy católicos.
Entonces políticamente la Iglesia católica no tiene
herramientas para enfrentarse a los pentecostales. Apela un poco a sus relaciones
con los partidos tradicionales y con ciertos sectores de las élites de ambos
partidos para intentar defender sus privilegios, que son cuestionados por estos
grupos pentecostales, que exigen los mismos derechos, que les otorgó la
Constitución de 1991.
Derechos de autor de la imagen Presidencia de Colombia
Image caption En el marco del plebiscito por el acuerdo de paz con las FARC de
2016, en el que ganó el No, el presidente Juan Manuel Santos se reunió con 14
representantes de iglesias evangélicas. Es más, no los enfrenta, porque
considera que no es necesario. Los sigue viendo como sectores minoritarios. Sin
embargo en sus encuentros espirituales, retiros en la Pastoral Social, ellos
son conscientes que en Colombia, como en América Latina, sus creyentes se les
están yendo y ellos no han logrado evitarlo.
En los años 60 y 70, la teología de la liberación sí
logró evitar que muchos de esos feligreses terminaran en manos de los grupos
guerrilleros de influencia comunista. Pero actualmente considero que la Iglesia
no está en la capacidad de hacerle frente a estos grupos pentecostales, por lo
menos en el mundo de la política.
Derechos de autor de la imagen JUAN FELIPE CORTES Image
caption La catedral de Bogotá ocupa un espacio que difícilmente alcancen las
iglesias pentecostales, por más expansión que tengan.
Recuerdo que en Norte de Santander hubo un cura que se
lanzó a la política, al igual que un cura en Barranquilla, Bernardo Hoyos
Montoya, que fue muy cuestionado por la manera en que manejó los recursos de la
Alcaldía. Es un ejemplo que sirve para mostrar cómo la política, al igual que
en el caso de muchos pastores pentecostales, termina corrompiendo. Pero son la
excepción, porque la mayoría de los curas no se meten en política.
Y no creo que esa situación se modifique. Creo que el
signo de la Iglesia en el mundo de lo político en el siglo XXI se ha perdido y
tiene que buscar otros escenarios por fuera de la política, para lograr
incidir.
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